cuando yo no viva, que seas tu.

  Me enojaré, amor mío, sin que sea por ti. Y compraré bombones, pero no para ti, me pararé en la esquina 
a la que no vendrás, y diré las cosas que sé decir, y comeré las cosas que sé comer, y soñaré los sueños que se sueñan. Y se muy bien que no estarás, ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo, ni allí afuera, en ese río de calles y de puentes. No estarás para nada, 
no serás mi recuerdo, y cuando piense en ti, pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti.