cuando yo no viva, que seas tu.
Me enojaré, amor mío, sin que sea por ti. Y compraré bombones, pero no para ti, me pararé en la esquina
a la que no vendrás, y diré las cosas que sé decir, y comeré las cosas que sé comer, y soñaré los sueños que se sueñan. Y se muy bien que no estarás, ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo, ni allí afuera, en ese río de calles y de puentes. No estarás para nada,
no serás mi recuerdo, y cuando piense en ti, pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti.
a la que no vendrás, y diré las cosas que sé decir, y comeré las cosas que sé comer, y soñaré los sueños que se sueñan. Y se muy bien que no estarás, ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo, ni allí afuera, en ese río de calles y de puentes. No estarás para nada,
no serás mi recuerdo, y cuando piense en ti, pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti.
:3
Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos.
El cantar de mi señor.
Los ojos de Mío Cid mucho llanto van llorando;
hacia atrás vuelve la vista y se quedaba mirándolos.
Vio como estaban las puertas abiertas y sin candados,
vacías quedan las perchas ni con pieles ni con mantos,
sin halcones de cazar y sin azores mudados.
Y habló, como siempre habla, tan justo tan mesurado:
"¡Bendito seas, Dios mío, Padre que estás en lo alto!
Contra mí tramaron esto mis enemigos malvados".
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